miércoles, 23 de febrero de 2011

ACTIVIDADES TEATRALES


En 1981, en tiempos de la terrible dictadura en Argentina, cuando ya estaba instalado en San Miguel de Tucumán, coordinaba talleres literarios y un día se me acercó un grupo de vecinos de Famaillá  -una ciudad pequeña, a unos veinte minutos al sur de San Miguel- y,me pidieron que los ayudara a montar una obra de teatro para participar en el Mayo Teatral.  Había visto mucho teatro desde niño, había participado también en cuanto espectáculo escolar organizaron mis maestros y, ya en mis años universitarios, había asistido a un taller de formación actoral, muy breve, que me dio, sin embargo, la oportunidad de subir al escenario con un papel pequeño en una obrita infantil.  Más tarde, como hobby, tomé clases de danza contemporánea por un par de años.  No tenía, pues, la experiencia teatral necesaria para aceptar el reto; las únicas credenciales que tenía para ello eran esas incursiones previas muy limitadas. Ellos insistieron y como siempre me gusta trabajar en grupo y sentir el vértigo de la creatividad de la gente, montamos Tripollage, justamente un collage de obras cortas de Tennessee Williams, con las que ganamos el premio a la mejor actuación femenina.  Más tarde, a solicitud de unos jóvenes, dicté un taller de semiótica teatral, del que surgió Teatro de Hoy y, a partir de ahí, creo que ya no dejé de trabajar para la escena.  Como se me conoce más por mis actividades de investigación, pensé que había llegado el momento de ir subiendo a mi página algunos textos, fotos, videos y material periodístico que dieran cuenta de mi actividad teatral, particularmente como dramaturgo y director.  No me consideré nunca un teatrista profesional; muy por el contrario, casi siempre he defendido mi ética amateur, que frente a las restricciones siempre impuestas por los productores y las instituciones, me mantuvo en el campo de lo único que me interesa: mi libertad creativa, mi trabajo experimental y la conversación entre teoría y práctica que cada proyecto realiza con mi investigación y con la comunidad (nacional, regional, racial, étnica, social, lingüística) en la que me halle situado.  Nunca he tenido que verme forzado a conceder en lo teatral, porque no he vivido jamás del teatro.  En todos estos años, habiendo permanecido durante mucho tiempo  en ciudades tan diversas, he pasado por etapas diferentes.  No es la calidad lo que me ha preocupado, menos aún la cantidad.  Lo que siempre me convocó fue la potencia creativa del trabajo grupal y compartir con ellos y con el público la interrogación crítica de los límites de la teatralidad.


Gustavo Geirola